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El significado profundo de la maternidad
24 MAY 2025
4 min
Por : Good club
La maternidad es un viaje transformador. Exploramos sus etapas físicas y emocionales desde una mirada humana y científica que acompaña y valida a cada madre.
Hablar de la maternidad no debe limitarse a una celebración puntual en el mes de mayo o a una fecha conmemorativa. La maternidad representa un proceso profundo, dinámico y transformador en la vida de una mujer, con múltiples implicaciones emocionales, biológicas y sociales.
En Good Club, acompañamos a las mujeres durante este proceso desde una mirada integral, reconociendo que cada etapa de la gestación implica adaptaciones importantes en el cerebro, las emociones y el cuerpo.
Durante el primer trimestre, la mujer experimenta una profunda reconfiguración emocional. Es una etapa de ajuste donde la base emocional comienza a prepararse para el vínculo con el nuevo ser. En el segundo trimestre, se consolida un proceso de reconocimiento de su individualidad como madre, así como de los cambios biológicos que se están produciendo en su interior. Es también un momento clave para el fortalecimiento de su identidad materna.
En el tercer trimestre, denominado desde lo emocional como un “período de expectativa”, la mujer empieza a construir un espacio físico y mental para recibir a su bebé. Es aquí donde se manifiestan con mayor fuerza las emociones relacionadas con el cuidado, la responsabilidad y la supervivencia del nuevo miembro de la familia. Esta etapa implica una reorganización a nivel hormonal, inmunológico, biológico y mecánico, preparando tanto el cuerpo como el entorno para la llegada del bebé.
Sin embargo, el viaje de la maternidad no culmina con el nacimiento. Inicia una nueva etapa de crianza, donde la mujer continúa transformándose. Recuperarse tras el parto implica asumir la función de maternar: brindar seguridad, fomentar el apego, nutrir la identidad del bebé. Este proceso, tan mencionado por especialistas y redes sociales, es también una vivencia íntima, atravesada por ambivalencias. ¿Lo suelto? ¿Lo dejo al cuidado de otros? ¿Me doy espacio para actividades propias o me dedico exclusivamente a él?
Desde el enfoque del desarrollo infantil, la propuesta orgánica invita a mantener al bebé cerca, sentir su corazón, ofrecer el olor de la leche, el humor del cuerpo como herramientas esenciales para fortalecer el vínculo, la seguridad emocional y la construcción de una identidad sana desde el contacto con sus cuidadores. Esta cercanía no es un capricho, es base de desarrollo.
La madre que materna, que ha parido y cuyo cuerpo ha vivido la experiencia de dar vida, atraviesa una modulación diaria de su cerebro. Día tras día, acompaña a su hijo en cada momento, en cada descubrimiento, en cada dificultad. Quiere darle lo mejor, pero también enfrenta dudas, cuestionamientos y temores. Porque maternar no viene con manual. Y en esa complejidad, el mayor apoyo que puede recibir de su entorno, de las instituciones, de los espacios de salud especializados como Good Club, es la validación y la confianza: saber que no hay una única manera correcta de ser madre, sino pequeños ajustes diarios, reeducaciones constantes, confianza en su instinto y en el vínculo que ha creado con su bebé, con el padre, con la familia.
La maternidad es, al final, una experiencia profundamente humana, transformadora, valiente. Acompañarla con respeto, ciencia y sensibilidad es un compromiso con la vida.
